En éste segundo capítulo, Marx y Engels describen al proletariado e inician la definición de su labor y su relación con el Comunismo.
Según estos autores, los Comunistas no forman un partido aparte, opuesto a otros partidos obreros. Se pueden distinguir dos aspectos:
- En las luchas nacionales hacen valer los intereses comunies a todo el proletariado independientemente de su nacionalidad.
- En las fases de la lucha burguesía-proletariado, representan los intereses del conjunto.
Los comunistas son la vanguardia del proletariado y conocen las condiciones, marcha y resultados del Movimiento Obrero. Sus objetivos son:
- Formación del Proletariado como clase.
- Derrocamiento de la dominación burguesa
- Conquista del poder político
"Todas las relaciones de propiedad han sufrido constantes cambios históricos, contínuas transformaciones históricas"
En base a ésta frase, Marx y Engels explican como la Revolución Francesa implica la abolición de la Propiedad Feudal en beneficio de la Propiedad Burguesa. El Comunismo implicaría la Abolición de la Propiedad Burguesa (es decir, la Propiedad Privada), que es la última expresión del modo de producción y de apropiación de los productos basados en los antagonismos de clase.
El Capitalismo reprocha abolir la "propiedad personalmente adquirida, fruto del trabajo propio" en referencia a la propiedad del pequeño burgués. Sin embargo, el Trabajo Proletario no genera propiedad para el propetario, pero sí genera CAPITAL (transformado en Propiedades) para el burgués.
Por lo tanto, ser capitalista implica ocupar una posición personal en la Producción y una posición social, pues el Capital es una fuerza social, no personal.
En el trabajo asalariado, sin embargo, el salario representa el mínimo que el obrero necesita para vivir y reproducirse.
En definitiva, como afirman Marx y Engels, "No hay trabajo asalariado donde no hay capital".
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