"La producción económica y la estructura social que de ella se deriva necesariamente en cada época histórica constituyen la base sobre la cual descansa la historia política e intelectual de esa época; que, por tanto, toda la historia ha sido una historia de lucha de clases, de lucha entre clases explotadoras y explotadas, dominantes y dominadas, en las diferentes fases del desarrollo social; y que ahora esta lucha ha llegado a una fase en que la clase explotada y oprimida (el proletariado) no puede ya emanciparse de la clase que la explota y la oprime (la burguesía), sin emancipar, al mismo tiempo y para siempre, a la sociedad entera de la explotación, la opresión y las luchas de clases".
Este párrafo recoge claramente el concepto del Materialismo Histórico, por el cual la Historia del Mundo es la Historia de la Lucha de Clases. La existencia de una clase oprimida y una clase opresora ha sido una constante a lo largo de la Historia, del mismo modo que la liberación de una clase oprimida la ha convertido en la siguiente clase opresora. La configuración del Proletariado como nueva clase oprimida da lugar a una teoría de liberación a través de la revolución. Sin embargo, la peculiaridad histórica de dicha liberación parte de la premisa de que no podrá desarrollarse sin la abolición total de la explotación de una clase por otra, otorgando al proletariado la tarea universal de capitanear la supresión de la explotación y la configuración de una sociedad sin clases. Por tanto, este aspecto de la teoría marxista defiende un doble objetivo indispensable: la liberación del proletariado como clase oprimida y la eliminación de las clases sociales, evitando nuevas explotaciones de clase.
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